Situaciones aparentemente menores dibujan a una sociedad

Hace unos meses escuché en la radio que una gatita de aproximadamente seis meses se encontraba atrapada en un departamento y que sus dueños estaban de viaje en Colombia, la noticia alarmó a los oyentes de la radio durante todo el día; la programación habitual se intercalaba con lo que pasaba en Jesús María  y los avances que se obtenían por rescatar a la gatita. Luego de presentarse varias entidades protectoras de animales y hasta los Bomberos, y al  no encontrar a los encargados del edificio se apeló a la autoridad municipal, quienes tampoco sabían o querían hacerse cargo del embrollo. El animalito había estado preso desde el mes de noviembre del año pasado y los vecinos del departamento no tenía la intención de quebrantar la ley para entrar a la casa y rescatar al felino, pero tampoco permitían que nadie más lo hiciera, es más se oponían a que se le alimentara con mayor frecuencia por los olores que ya emitía el cautiverio y la soledad del gato. Incomprensibles los celadores de la legalidad y necios para las soluciones, los habitantes del edificio habían esperado casi cuatro meses sin hacer nada para salvar a este animalito de su soledad, estrés y angonía; prefiriendo la queja y la obstrucción antes que la solución y el compromiso por hacer un bien a la comunidad en la figura de este tierno felino. Largas horas esperamos algunos, quienes no podíamos hacer más que extender la noticia por los medios que pudiéramos, internet, llamar a la radio, estar en el departamento, etc. para que liberaran de esta terrible aflicción a la gatita. A  las 6 de la tarde por fin se tuvieron noticias del dueño del edificio, que al ser ubicado estaría de regreso a Lima a las 10 de la noche. Era lo mejor del día que mitigaba una jornada de angustia para muchos. Curiosamente, la población se movió más para este rescate que las autoridades del distrito, inclusive hubo maltrato de parte de representantes del Poder Judicial, desconociendo normas y minimizando el caso que ya tenía movimiento en internet y la radio. Ningún otro representante de los habitantes de Jesús María legalmente elegido se acercó a ayudar. Salvo Marco Delgado, Sub Jefe de la Policía Municipal  del distrito quien se mantuvo interesado y atento para resolver esta situación tan penosa. La gatita fue rescatada por la noche  y permaneció por unos días al cuidado de una organización hasta que su dueña apareció muy preocupada y atareada por lo ocurrido, manifestando que, a quien dejó el cuidado de su mascota, ahora bautizada como "Susy" por votación pública radial, no había cumplido con su pedido y estaba ansiosa por recuperarla. Y se supone que estas "autoridades" están para ayudarnos y representarnos en los momentos que lo requerimos. Si la vida y bienestar de un animalito les parece nada, cualquier otra causa tendrá la misma importancia.

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