¿Y mis muertos? Se van solos...
¡Cómo nos acompañamos si estamos a dos metros!
El Coronavirus no solo se lleva tu seguridad, valentía,
felicidad, libertad; se lleva a tus muertos. Se van solos, sin nosotros.
Se me obstruye la garganta cuando me dicen: “la situación en
Ecuador está brava”, “los hospitales ya colapsaron”, “las cajas de cartón ya no
se usan para los plátanos”,“hay más de 60 mil muertos en EE.UU.”; sin ninguna
consideración por la carga emocional en las palabras conferidas.
No murieron peces por bombeo de sanguaza o calentamiento de
las aguas.
La normalización del lenguaje en las muertes por el
COVID-19, no solo es usado por las personas con las que me cruzo, sino por los
medios de comunicación.
¿Hay alguna otra forma de comunicarlo? Sí, es posible usar
más palabras que nos digan lo mismo. Más suave, más lento, más certero, menos
escandaloso. Sin que lo morboso se te salga por la mascarilla.
Luego viene el reporte de los precios de las verduras y de
cómo se aglomeran en las puertas de los bancos, los jubilados y otros, para el
cobro de uno de los bonos de ayuda que el Gobierno ha dedicado para un sector
de la población.
Son términos muy duros a los que no me adecúo y menos me
acostumbraré por más que se repitan durante todo el día y en todos los medios.
La muerte nunca será para acostumbrarse, siempre será un
escándalo para mí.
La Directiva
sanitaria N°087-20020 DIGESA/MINSA DIRECTIVA SANITARIA PARA EL MANEJO DE
CADÁVERES POR COVID-19 es tan dura y
real como su nombre.
Esta directiva nos deja fuera del alcance de los nuestros,
desarma nuestra tradición, elimina los quehaceres, agregándonos más dolor e incertidumbre ante lo nuevo y aterrador de esta muerte.
Protocolo a seguir sin tener contacto con el familiar, que
supone mantenernos, también, seguros y protegidos ante cualquier posible
contagio del virus.
Comentarios