Huelga de maestros III

La huelga en tire y afloje

Pedro Castillo con congresista Becerril

En lo que no se ha transigido es en la Evaluación de desempeño y es el actual pretexto para seguir con la huelga, con amenaza de huelga de hambre, incluida en ese momento, así como de apoyo de padres de familia que según Castillo vendrían a Lima. Lo último fue el pedido de intervención de la ¡¿Iglesia?! Y de quién se le ocurra porque ya se le habían acabado los mediadores: el Decreto de Urgencia se publicó y no hay más.
El Fujimorismo no participó en la mesa de diálogo, no aportó y entorpeció las negociaciones en paralelo, y, pretendiendo solucionar “escuchando” a los maestros los citó en el Congreso y con esto desacreditar al Ejecutivo; pero comprobaron que no era como creyeron y para no enfrascarse en más cuestionamientos ni ser portadores de condicionamientos de suspensión de la huelga: desistieron, pero no se rindieron ya que luego se evidenciaría por declaraciones borradas de un congresista que el acuerdo era la interpelación de la ministra Martens, a cambio de la suspensión de la huelga . Y así sucedió. Castillo jugaba a dos manos todo el tiempo, y se quedó sin cartas.
¿Y qué proponen los maestros? nada, nada de cambio de currícula o mejora de ella, nada de reintegrar cursos como educación cívica o separar historia de geografía, capacitarse o construir más colegios: nada. Solo están presentes sus exigencias económicas disfrazadas con el incremento del presupuesto para su sector en un 10%, lo cual es un imposible.
Si no tienen miedo a la evaluación deben tomarla ya, porque están capacitados, sus alumnos los necesitan y sus hijos también. ¡Por qué piensan que son los únicos que no deben pasar por este proceso! Todos somos evaluados en cada momento, en cada trabajo, en cada informe, en cada pintura, endodoncia u operación; en el restaurante o en la tv. 

La evaluación la aprendimos con nuestros maestros, y la felicitación por la buena nota o el “hay que aplicarse un poquito más”, cuando no era tan buena, que nos decían también. Por eso la exigimos, porque de ello dependen los siguientes cambios en la educación.

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