Ley Antitránsfuga

¿Quién ganará?

   
Ex Frente Amplio, actual Nuevo Perú

  El escándalo se armó el pasado miércoles 29 de agosto cuando cierto congresista oficialista subió a su cuenta de twitter una parte de la resolución del Tribunal Constitucional sobre la Ley antitransfuguismo aprobada por el Congreso en octubre pasado, y llevada a discusión ante este organismo de la mano del voto de 41 congresistas que no estaban de acuerdo con esta norma, que vulnera sus derechos de ciudadanos y de congresistas.

Vamos por partes, ser tránsfuga es cuando el elegido por una lista parlamentaria se cambia de grupo político por dinero, cargos públicos, prebendas o para actuar como topo, aparentando ser consecuente con su bancada, pero a la hora de votar lo hace en contra. Hay varias modalidades. Sea cual fuese la razón, si bien existe una promesa electoral, moral y ética, esta no ata al congresista a permanecer en su agrupación si no se siente bien allí.

De esta premisa es que nace el disidente, es el que se separa de su alianza, partido, religión, gobierno, grupo o colectivo ideológico al que pertenece, por no estar de acuerdo con su doctrina, creencia, sistema, etc.

Existe el voto dividido: el que obtiene el congresista y el que le da el partido o agrupación. Claro,  para la conveniencia de los partidos que aprueban la Ley, el congresista le debe su curul a la bancada, como lo sostiene Fuerza Popular; cuando sus integrantes pertenecen a distintas vertientes, movimientos, etc., que fueron invitados al partido por distintos intereses, ya que inscritos militantes no tienen más de veinte.

Con esta Ley llamada también “mordaza” les resta derechos y así obliga al congresista a obedecer a su bancada sin dudas ni murmuraciones, y de no hacer caso serán duramente castigados, sea con llevarlos a la comisión de ética, retirarlos de comisiones y finalmente separarlos. La resolución, de ser aceptada como inconstitucional por el TC, liberaría a los congresistas de ser relegados y podría provocar la formación de nuevas bancadas; así como el poder votar a favor de iniciativas y proyectos independientemente de su alianza.
Jeni Vilcatoma Patricia Donayre

He aquí el temor y horror de Keiko Fujimori: que se divida interna o externamente la agrupación. Como recuerdan, meses atrás, las primeras separadas y disidentes también fueron Vilcatoma y Donayre. Mientras que en otras alianzas está Vieira, Arce, y los ocho congresistas que se separaron en julio pasado.

Son Kenji Fujimori, Vieira, Glave, etc. quienes bien podrían beneficiarse con la resolución de inconstitucionalidad de esta ley, ya que tendrían el control y apoyo de parte de sus bancadas, ya divididas, como ya lo han evidenciado durante todos estos meses solapadamente en varias  oportunidades los congresistas. Reivindicados sus derechos, el Congreso se rearmaría con nuevas bancadas y probablemente con más acuerdos de los que no ha proporcionado el fujimorismo.


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