DE NUEVO ESCUDERO A ALFIL SACRIFICABLE
No
bastaba su esposo, sus abogados encabezados por Roy Gates, congresistas como Gutiérrez y el infaltable
Gastañadui para defenderla. Desde el pasado agosto el nuevo escudero de su
frente fue Gustavo Adrianzén, Ministro de
Justicia y Derechos Humanos, quien lance en ristre afirmaba que todo era
una “inmerecida persecución” contra Nadine Heredia.
Declaraciones
que emitió debido a los intercambios verbales que tuvo la señora con el Partido
Aprista y el Fujimorismo en esas semanas; partidos a los que acusó de tener
vínculos con el narcotráfico.
Al
parecer, el ministro olvidó desde ese momento su posición en el organigrama del
Estado convirtiéndose en un abogado más de la Sra. Heredia. Midiendo o no las
consecuencias de su intervención continuó manifestándose en torno a las
investigaciones que realizaban otros procuradores que de uno u otro modo
terminarían involucrando a la aludida.
Para
los siguientes meses Adrianzén ya enfrentaba una moción de interpelación interpuesta
por del Congreso por presuntamente haber censurado
y acallado a la procuradora Julia Príncipe, encargada de las
investigaciones relacionadas a Nadine Heredia por el tema de las agendas y el financiamiento de la campaña del
Partido Nacionalista en el 2006.
Calificó como
"un acto de vedetismo y protagonismo"
que los abogados del Estado expliquen su trabajo ante los medios, en
alusión directa a Príncipe.
Pero todo este periplo de indirectas jurídicas no quedaría en
el aire. Ante la opinión pública las diferencias entre ambos estaban declaradas,
y por causa de las investigaciones que se acercaban cada vez más a la primera
dama.
Hace unas horas, luego de destituir del cargo de Procuradora
en Lavado de Activos Julia Príncipe, el Ministro, en conferencia de prensa anuncia
su renuncia irrevocable al cargo que ostenta. Sorpresa no fue para nadie. Era
el único modo de detenerla. No teniendo nada que perder y a puertas de enfrentarse
a la censura, renuncia.
Ceder a la presión política, sumado a arriesgar una larga trayectoria
profesional debe tener un alto premio, como su antecesor Daniel Figallo, ahora
miembro del Comité de las Naciones Unidas contra las Desapariciones Forzadas
para el periodo 2015 – 2019.
Menos de siete meses ocupó el cargo, ninguna presencia
significativa en el Poder Judicial ni reforma que lo haga recordarlo, Adrianzén
pasa a ser solo un alfil sacrificable
y ahora concebido como un personaje desprestigiado y manipulable.
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