Minería vs. minería

  La situación de la minería siempre ha sido un tema por resolver, pareciera un mal necesario; no solo la presencia de empresas, sino el hablar de esta actividad económica que siempre nos lleva a la rivera del medio ambiente. Allí donde se alojan toda clase de pretextos y razones por las cuales debe y no realizarse la extracción minera. Pero de la parte del tema que generalmente se habla es de todo lo perjudicial y dañino que puede ser y es, en resumidas cuentas,  la explotación minera. Quienes no estamos cerca de estos centros mineros vemos las cosas con los anteojos de las informaciones que nos llegan, pero no por esa razón estamos lejos del análisis o de opinar sobre lo que ocurre. En estas últimas semanas hemos visto y leído sobre  las protestas y levantamientos de algunos sectores del país quienes no están de acuerdo con la presencia de estas empresas apoyándose en la preservación de su ecosistema y demás demandas sociales, económicas, de  infraestructura, etc. Si atendemos las exigencias de estos pobladores, les daremos la razón de un lado, y por el otro podremos rebatir algunos argumentos tratando de defender la presencia de la explotación minera. Lo que quizá no notamos  debido a la repetida forma de protesta:  es que las marchas, bloqueos y paros  siempre son contra la minería formal. No he visto o leído de marchas así de grandes en contra de la minería informal. Contra las dragas que también contaminan el ambiente y de manera más agresiva, sin dejar ningún beneficio: por más pequeño que fuera  a las poblaciones que están al rededor de estos focos destructores.
Es entonces que las preguntas aparecen y generalmente sin respuestas que justifiquen tales acciones: si estas personas quieren minería que les proporcione alguna ganancia, la que fuere, o si el cuidado del medio ambiente solo es un pretexto para socapar intereses subterfugios de estos grupos antimineros, pero antimineros formales.

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